En la Quimera

Intento de cuentos breves fantásticos e irreales.

Por Lolo

En los atardeceres del río Avede, justo en el recodo entre el farallón de la margen norte y el gran sauce al sur, el agua se torna tibia y tornasolada. Cuando el sol termina de irse, el agua conserva ése color y las ánimas se sientan en la orilla a mirar el paso del río.

Pocas veces las ánimas cambian su rito de observar durante el resto de la tarde y la noche el agua correr, contemplando sin cesar el pálido reflejo de sus rostros. El ritual dura sólo hasta el amanecer, cuando se desvanecen con el primer despunte del alba.

El recodo del río Avede es, todos lo saben en el pueblo, el lugar prohibido, al que sólo tienen acceso quienes ya han dejado este mundo.

Ayer por la tarde fui hasta ése lugar para ver si era verdad lo que todos dicen. Con el caer del sol descubrí todo. Estoy encerrado en un eco del río, viendo las luces tornasoladas debajo del farallón. Atrapado para siempre. Vivo. Y muerto.

en la quimera

Todos tenemos nuestras quimeras. Esos relatos fantásticos o irreales, o donde se mezcla lo real con lo increíble, la vida con la muerte. Este espacio es apenas eso, un intento de explorar nuestras quimeras.

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