En la Quimera

Intento de cuentos breves fantásticos e irreales.

Por Lolo



Con los primeros destellos salimos corriendo del departamento y vimos como una luna color rojo surcaba el cielo en plena avenida Argentina. Corrimos sin mirar para dónde, imaginando que alejándonos de la ciudad encontraríamos el refugio de los suburbios y descampados.

Era de noche y la luna teñía de bermellón todo el cielo. Era surreal. Escalofriante. De una belleza aterradora. No sólo era roja, si no que ostentaba un tamaño impresionante. Parecía acercarse cada vez más.

Mis reflejos racionales se daban contra la pared al ver todo iluminado por ese color sangre de la luna, que otrora fuese fuente de inspiración de mis poemas y canciones.

Corrimos hacia el sector de descampado del norte de la ciudad, arañándonos las piernas con las espinas de las jarillas y de los alpatacos. Andrea y José se me perdían de vista. A los gritos podía saber que estaban cerca, pero no podía distinguirlos.

-¡Martín!-, escuché. Pero ya no podía ni siquiera distinguir la procedencia de tal llamado. La luna parecía seguir creciendo y el rojo se tornaba cada vez más denso. Seguí corriendo escuchando sólo mi respiración agitada por el monte estepario, y me dejé caer.

Cuando me desperté era de día y ya no había nada. No había ciudad, no había río, no había espinas. No había amigos, ni rostros conocidos. Tampoco había poemas ni canciones. Estaba sólo contemplando un escenario onírico, con la certeza de que no me quedaba mucho más tiempo. Sonreí y me dormí, ya tranquilo por no volver a ver esa maldita luna roja.

en la quimera

Todos tenemos nuestras quimeras. Esos relatos fantásticos o irreales, o donde se mezcla lo real con lo increíble, la vida con la muerte. Este espacio es apenas eso, un intento de explorar nuestras quimeras.

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